¿DÍA DE LA MADRE?
Estás sentada en mitad del barullo de la hora de comer. Niños que van y vienen con platos, cáscaras de plátano por los aires, olor a pan abeshá. De pronto, una mano (pequeña), se desliza entre las tuyas. Te giras y lo ves ahí, sentado, a tu lado, y te preguntas cómo se ha infiltrado entre todo el jaleo. Reconoces la capucha, los pantalones, los agujereados zapatos. La misma ropa de ayer. La misma de mañana.
No le ves la cara, escondida, pero ya sabes lo que te va a decir. Sabes que eres la primera en enterarte, porque él siempre te cuenta todo.
- _ ¿Todo bien?
- _ Mi madre se ha muerto
Besas la capucha, aprietas la mano (pequeña, tan pequeña).
- _ Lo siento, S.
- _ ¿Me puedes acompañar a casa esta tarde? Tengo miedo
- _ Sí, cariño, no te preocupes
Así de sencillo, así de simple.
Voilá. Ya tienes otro hijo.