DE VISITA
Hay un juego de corro muy cuco que la Santa Infancia practica con cierta frecuencia. No es nada del otro mundo, pero a mí me encanta. Básicamente, hay uno que se queda en el centro del corro, parándola. El resto, gira a su alrededor mientras canta: “vámonos, vámonos al bosque a ver si han venido las hienas. Hiena, ¿estás ahí?”
Y entonces la hiena contesta: “Sí, estoy”
_ ¿Y qué estas haciendo?
Y ahí cada uno dice lo que le da la gana. Normalmente, las hienas son gente bastante hogareña, que se lava la cara, prepara la comida, barre su casa o se peina el pelo. Hasta que, después de tres o cuatro veces de cantar la cancioncilla y preguntarle a la hiena por su actividad presente, ésta contesta: _ ¡Estoy comiéndoos a todos! Y los incautos excursionistas cantarines rompen a correr. Al que pilla la hiena, es el que la paga la siguiente vez.
¿Que por qué me gusta? Pues porque la cancioncilla de vayámonos al bosque a ver si están las hienas me encantaría cantarla en Dónde Estas Corazón o en la recepción de la COPE (por lo de las hienas). También es un juego que me da un poco de rabia, porque a mí, cuando la paro y me preguntan “¿qué estás haciendo?”, me encantaría responder “estoy releyéndome la Larousse” o “estoy rizándome las pestañas”, pero lo de la Larousse no lo iban a entender y no sé cómo se dice rizar en amárico. Y así, me conformo con decir, “me estoy tirando un pedo”, imito una pedorreta y nos meamos todos de la risa. Para algo tuve dos asignaturas de guión televisivo y cinematográfico en la universidad: la pedorreta nunca falla como gag.