Hoy F. ha tomado posiciones en mi dobladillo a primera hora de la mañana. A media mañana, ya me había comentado cinco veces que hacía un día precioso, y yo estaba empezando a mosquearme, porque la verdad es que hoy ha hecho un día bastante londinense.
Al final, me lo ha dicho:
_ Mi madre quiere que vengas hoy a casa.
_ ¿Por qué?
_ Porque hoy hace un año
_ ¿Un año de qué?
Y se me ha quedado mirando, callada, porque no le salían más palabras, porque no quería decirlo. Porque hoy hace un año que nos pasó esto. Porque hemos conseguido vivir sin ella, y todavía nos da la sensación de que no hubiéramos debido lograrlo.
Su familia ya no vive en la misma casa. Han alquilado el apartamento que recibieron del gobierno porque no llegaban a pagar las mensualidades. Con el dinero de ese alquiler, además de pagar la mensualidad del apartamento, alquilan una pequeña casa de ladrillo, bastante digna, con dos habitaciones. Han comprado una máquina para hacer injeera y parece que las cosas les van bastante bien. Su madre todavía lleva el jersey de chándal de Zewde. Empiezo a preguntarme si se lo ha quitado alguna vez en el último año. Al margen de ello, la señora me ha saludado con su habitual afecto, un afecto que no merezco, sobre todo si tenemos en cuenta que le devolví a su hija en una caja de madera.
La misma F. ha cambiado. Ahora lleva el pelo largo, y ya no nos duele tanto que se parezca tanto a su hermana.
El tiempo pasa, las heridas siguen allí, pero duelen siempre un poco menos. Un año después, somos más fuertes, somos mejores, somos distintos. Un año después, miramos atrás, y entendemos que podemos seguir adelante. Podemos seguir adelante, incluso aunque ella no pudiera. Un año después, su ausencia hay días que duele tanto que nos corta el aliento. Pero seguimos respirando.
Mañana, por fin, viajamos a Addis a por nuestro hijo. Entre otras cosas nos encanta porque estaremos cerca de ti.
Gracias por tus palabras.
¿Un año ya? El de la muerte de Zewde es el post que más recuerdo de todos los que has escrito. Se me quedó clavado en el alma, y esto que ni siquiera os conozco a ninguna de las dos.
Un abrazo
Igual te saluda con el afecto de con Zwede no pudiste evitar algo que se escapaba de tu alcance y por lo que no pudiste hacer mucho, pero con F lo estás haciendo estupendamente.
Ánimo maja
bsins
Mucho ánimo guapa! siempre la echarás de menos pero hicistéis lo que estaba en vuestra mano por ella. Y lo más importante, seguís haciéndolo por su hermana y su madre.
Besicos.
Mucho ánimo guapa… el mundo está lleno de coincidencias, la casualidad ha hecho que otro Angelito acompañara a Zwede un año más tarde…. el lunes murió mi primo Sergio, como en tu caso tampoco se pudo hacer nada, pero despues de ver la desolación en la cara de todo el personal de ASPACE, entiendo mucho mejor lo que sufriste ese día… si te sirve de consuelo a la familia solo nos a quedado agradecimiento a toda la gente de ASPACE y que en ningún momento hemos pensado que no hicieron lo suficiente, como tu hiciste hace un año. Seguro que la madre de Zwede tambien está muy agradecida por todo lo que hiciste.
Sin tener relación familiar ni obligación ninguna con los niños te dejas la piel cada minuto por ellos. Independientemente del resultado, cómo quieres q no te tenga afecto su madre? Cuando alguien hace algo así por ti la sensación de agradecimiento es infinito. Yo también te doy gracias por tu labor, gracias, gracias, gracias!
Coincido con E.C. Yo tampoco he olvidado aquel post;ni quiero hacerlo pues alivia ver a la luz lo bueno que mucha gente -como tú- lleva dentro: la entrega a los demás, la rabia ante la injusticia, la determinación en seguir oponiéndose contra ella sin violencia, la humilde lucha como objetivo en sí misma, muestra de rebeldía y humanidad. El dolor por cada una de esas injustificables pérdidas es la reacción natural ante lo valiosa que realmente es toda vida. Pero necesitamos que nos lo siga recordando quien, de nuevo como tú, no se ha perdido en este caos de egoísmos… Zwede, Zwede…