En este sitio, que es un sitio en el que me tienen mucho aprecio (ellos sabrán por qué), me regalaron en agosto una báscula monísima, de esas planas de cristal con números digitales. La puse, lógicamente, en el suelo de la enfermería. Sólo que la Santa Infancia no sabe lo que es, y cada uno que entra se dirige directamente a la báscula, la coge, y me dice: “se te ha caído esto”. A lo que yo les respondo: “no se me ha caído, su sitio es el suelo”. Y el siguiente: “se te ha caído esto”. Y yo, “déjalo donde estaba”. Y otro, “mira que se te ha caído esto”. Y así cien veces.
Al final he cedido. La tengo en cima de la mesa y la pongo en el suelo para pesarlos. Sólo que ahora cada frenji que entra me pregunta que qué hace la báscula encima de la mesa. Hay días que acabo como un poquitín fatigada. No sé.
P.D: Hoy T. se me ha dormido en los brazos mientras le cantaba bajito esta canción. Él no lo sabe, pero yo todos los días trabajo para que T. y el resto de la Santa Infancia puedan un día levantar la vista y ver una tierra que ponga Libertad.
Coño!!!! Publicidad antes de la canción…bioqué homme??? No hay respeto por nada. Esos sí que son pesados.
Bicos.
Lucía.
Ojalá sea pronto. Sigue cantando, que te hacenos los coros.
Te voy a contrar una historia de otra canción.
Una vez dos faranyis volaron a Addis para adoptar a sus dos hijos pequeños y de repente se vieron cantándoles por las noches para dormirles la canción de Víctor Jara, ya sabes Duerme, duerme negrito que tu Mama está en el campo… Nueve meses después viajaron de nuevo a AA, por un nuevo parto: era su hija mayor, que llegó con diez años. Antes de regresar dormían los cinco en un apartamento en el que las habitaciones no tenían puertas y se oía todo de una habitación a otro. Y seguían cantando Negrito. Pasado un tiempo, cuando la hija mayor empezó a soltarse con el castellano, un diga preguntó: ¿Por qué hace tanto tiempo que no rezáis aquella oración del Negrito?.
También será posible
que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el otro
la lleguemos a ver
pero habrá que empujarla
para que pueda ser.
Un abrazo
Madre mía que risas, reina. Estoy en el curro y mesecae la lágrimilla…jaja
Animo y que siga ese buen humor, cielo.
Jooo
he llegado a tí desde el blog de una madre de marte y me lo he leído de un plis…pero es que además de ser educadora, trabajar en núcleos chabolistas con otra infancia, no sé si santa…es que soy maña turolense (de adopción )
y te quería decir, que me ha gustado e interesado todo lo que cuentas, pero después de varias entradas tuyas me pones a Labordeta y me has dejao con la lágrima suelta…
un besazo y gracias por contarnos todo lo que nos cuentas