DOCTOR, DOCTOR
El pueblo etíope tiene una relación cuando menos curiosa con sus propios cuerpos. Si alguno de nuestros lectores ha tenido la oportunidad de trabajar en el ámbito sanitario etíope, seguro que recuerdan con cariño algunas de estas expresiones:
. “Me he roto un brazo”. Cuando se caen, siempre se rompen cosas. No dicen “me he dado un golpe en el brazo”, sino “me he roto el brazo”. Esto, los primeros días, te asusta un mucho, hasta que aprendes a hacer las preguntas adecuadas: “¿te has roto el hueso?”, y entonces ya te dicen que no, que el hueso lo tienen bien. Y les das su pomadita para golpes y a correr.
. “Se me ha caído el corazón”. Esta es súper común. Se llevan un jaleo con el corazón que no hay quién lo entienda: que si se les cae, que si se les cansa, que si les tiembla…. Factores a tener en cuenta:
- Consideran corazón a todo lo que es el pecho
- En la mayoría de los casos es gastristis (acidez). Es lo que tiene desayunar berberé, que a los cinco años ya sabes lo que es el Pepto Bismol.
- Cuando no es acidez, quiere decir que sienten que el corazón les late más fuerte de lo normal lo que, sobre todo en niños, puede ser síntoma de fiebre.
. “La garganta no me deja comer injeera”. Y entonces tú les preguntas: “¿te duele?”, y ellos te repiten “no me deja comer injeera”. Tú, que eres avispada, ya has entendido que es un modo de decir “me duele la garganta”. Sólo que vinculado a la máxima utilidad de la garganta, que es la deglución de injeera.
. Bichos mil: La palabra “awre” quiere decir bicho o animal salvaje. Esto aplica lo mismo para un ogro que para una araña. Cuando oyen ruidos que no saben de dónde vienen, pues los hace un awre. Ejemplo: “se me ha metido un awre en el oído”. Y tú te quedas muerta, pensando “pues a ver cómo lo sacamos…”. Pero no. Es que oyen ruidos. Lo más divertido es pedirles que te reproduzcan los ruidos que hace el animal. Reproducirán como un vientecillo silbante la mar de gracioso. Traducción: tímpano agujereado. Si el awre habla cosas concretas, preocúpate porque NO es el tímpano.
A veces el awre puede entrarles en el cuerpo e instalarse cómodamente a vivir en el corazón. Suele provocarles ardor de estómago.
. “Me duele el riñón”. Esto es una declaración que, al menos yo, había oído normalmente a personas mayores. Aquí te lo dicen hasta los niños de cuatro años. Te llega un mico de Primero de Guardería y te salta “me duele el riñón”. Cágate. El riñón. Tienen una conciencia de sus órganos internos que no es normal. Lo del riñón puede ser de todo, desde flato hasta gases, pasando por dolor de espalda. Normalmente, no es el riñón. Y cuando sí es el riñón, tú eres la que se da cuenta de que olvidaron mencionarte que mean marrón intenso y que tienen los tobillos inflados como botijos. Entonces no se les ocurre que pueda ser el riñón.
. Vida interior. Etiopía es el paraíso de los parásitos intestinales. Servidora, cuando recibe la visita de estos inquilinos, se ve obligada a cambiar radicalmente sus prioridades, convirtiéndose el “no cagarse encima” en el objetivo general de la jornada. Los etíopes, que tienen más callo, pueden hacer vida normal en compañía de amebas, giardias y solitarias.
Lo más llamativo es la multitud de teorías sobre el origen de las lombrices. Según mi Santa Infancia, las lombrices te las pillas:
. por comer plátanos (por los hilos, que tienen la misma forma)
. por comer wot hecho de patatas y zanahorias (no sé por qué, porque está cocinado)
. por tomar demasiada azúcar (yo esto también lo he oído de pequeña. Desconozco si el azúcar reactiva los parásitos o no)
Lo más curioso es que ninguno relaciona las lombrices con su verdadera causa, que sería el comerse la mierda propia y/o ajena. Cuando se lo explico, normalmente me responden sucintamente: “No. Estás equivocada”.
Esto me pasa mucho. Los awres sólo les entran a los abeshá, por eso los frenjis no sabemos lo que son. Yo soy una persona despiadada, por lo tanto no tengo corazón que recoger cuando se me cae. Así es la vida.