HOSTILIZADA
Cuando llegan estas fechas del año, sucede que una está, mayormente, hasta los huevos de niños, familias y problemas. Como además empiezan las lluvias, -lo que quiere decir que no volverás a ver la luz del sol en tres meses-, pues la tensión se acumula y, al final, explotas.
Hoy he ido por enésima vez al traumatólogo con A. A nuestro lado, esperando, había una señora con su marido. Parecían gente con posibles. La señora estaba en silla de ruedas porque se había torcido un tobillo. En un momento dado, el señor se acercado a A. y le ha hecho la pregunta de marras:
_ ¿La frenji te ha atropellado con el coche?
Y allí no me he podido contener. Ha sido como vomitar. Porque no hay ni una sola vez en que no vaya al médico y alguien no le pregunte eso al niño de turno, porque estoy hasta las narices. Me he girado a la señora y le he soltado:
_ ¿Tu marido te ha pegado?
Se han quedado mayormente blancos del susto.
_ Tan equivocada es una hipótesis como la otra– he explicado sucintamente- sólo que seguro que a usted no se lo preguntan cada freaking día.
A lo mejor sí que necesito unas vacaciones.