Sabes que algunos se morirán. Sabes que no podrás salvar a todos. Sólo esperas con toda tu alma, con todas tus fuerzas, que, cuando ese momento les llegue, su sufrimiento sea lo más breve posible. Que, al igual que lo esperas para ti, no se den cuenta. Que se despierten en un sitio seguro y bonito, lejos de la cloaca, lejos de la miseria. Esperas que las olas los acunen. Esperas que no tengan miedo.
Leo que el mar de Lampedusa se ha llevado a los niños eritreos. Niños como mi Santa Infancia. Niños a los que seguro alguien, en algún momento, acunó. Niños que alguien llamó con nombres maravillosos, como “Esperanza”, “Vida”, “Mundo”.
Los gobiernos se descojonan cruelmente (¿¿¿ciudadanía para los muertos???). Ya no son ciudadanos de ningún sitio. Son ciudadanos de pleno derecho de ese paraíso extraño y precioso donde entrarán los que menos te esperas. Donde a ti, y a lo mejor también a mí, nos dejarán a la puerta. Por cabrones. Por no sacarlos del mar.
Qué dolor!
esas madres y padres que abrazaron a sus hijos hasta el último momento sabiendo que no podían hacer nada para salvarlos… creo que debe ser el mayor dolor que una madre pueda sufrir. Cuando lloro por ellos mas que de pena es de rabie e indignación ¿que estamos haciendo? porque somos TODOS, los que hacen y deshacen con las personas como les viene en gana y los que les dejamos que lo hagan.
jo pero que bien escrito!!! bien clarito. Cuanto he echado de menos tus relatos este verano!
Ójala fuesen sólo los gobiernos los que se descojonasen. Al menos nos quedaría el consuelo de que la gente de a pie estaría en contra de esta locura de llamar ilegales a los que quieren buscar una vida mejor.
¿Dónde estábamos todos cuando el gobierno italiano nos explicaba sin ruborizarse que iba a dar orden de disparar contra los barcos de inmigrantes?
El gobierno italiano. ¡Qué ironía!
Ciao,
después de leer este post, no he podido evitar escribirte. Cuanta tristeza e indignación transmites. A mi también se me revuelven las tripas cuando oigo noticias así.
Por lo que he leido, estrenas maternidad, enhorabuena.
Te conozco del Altoaragón, eramos compis en el Seminario. En aquella época me llamabas «Dome» , creo recordar. Me enteré de tu labor esta Navidad y luego he descubierto tu blog, a través de otro» El salto de Roldán». Eres una valiente, no puedo expresar mejor lo que siento al conocer tu labor. Por supuesto tu blog una delicia y tan bien escrito como siempre. Te seguiré la pista y espero poder retomar el contacto.
Un fuerte abrazo desde Valencia.