• Home
  • tariKe.org
Blue Orange Green Pink Purple

Archive for noviembre, 2013

You can use the search form below to go through the content and find a specific post or page:

Nov 26

LA NENA Y EL SEVEÑÁ

La semana pasada, la Nena llegó a casa. Como no podía ser menos, mi Nena es una komche. Una komche pura. Me di cuenta ya en el orfanato. Era un sitio pequeñito, de nivel muy local (dicho finamente), pero donde las señoras querían mucho a los niños y los cuidaban lo mejor que sabían. Entre todas las cuidadoras, la persona favorita de mi nena era el seveñá, que era un komche completo al que no le faltaba un perejil: su pantaloneta verde, su camisetilla, su gabi de emergencia permanentemente al cuello y sus cangrejeras verde fosforito. Las cuidadoras, encantadoras, en cuanto la Nena mostró el más mínimo signo de reconocerme, ya dijeron “mira, cómo quiere a su madre”. Pero no. Mi Nena al que quería, era al seveñá. Se le iluminaba la cara cuando lo veía. Tengo que decir que el amor era correspondido: entre la treintena de niños que habitaban en el orfanato, cuando la Nena lloraba, el seveñá, desde su caseta en el jardín, le preguntaba con seguridad “Nena, ¿qué te pasa?”, y llegaba corriendo a salvarla.

Como buena Komche, a la Nena le encanta la música en amárico. No Teddy Afro ni Zeritu, no. A la Nena la gustan el organillo y las canciones de ritmo machacón y repetitivo que duran veinte minutos. Me tiene muerta. Lo que más susto me da, es que de vez en cuando empieza a mover los hombros. Le pongo Pocoyó en la tele y, después de cinco minutos, pierde la atención. Le pongo los vídeos musicales horrendos de la Ethiopian Television y se le cae hasta la babilla de la emoción. Cuantas más cortinillas y cromas rarunos (de vacas, de cascadas…), mejor.

Hasta que no llegó a mi hogar, la Nena comía las cuatro cositas que le daban en el orfanato, a saber: papilla de cereales, leche, arroz y pasta. Esta era su dieta base. Aparte, de vez en cuando, le daban injera con berberé. Como resultado de este cúmulo de desaciertos, la Nena escupe el plátano, pero se come todo lo que lleve ajo. Y, de momento, no usa jamás la cuchara. Tengo que darle siempre la comida en la boca con mi mano. Qué mona. Qué africana. Qué étnica. Qué coñazo. Prueben ustedes a dar un yogur con la mano. La cuestión se reduce a que tu vástaga te chupe los diez centilitros de yogur que no se resbalan de tus dedos.

Eso sí, la Nena me duerme genial. El doctor Estivil me daría un diez. La dejo solita y en diez segundos, cae como fulminada por un rayo. Es lo que tiene el llorar durante horas sin que nadie te digne una mirada (porque están atendiendo a las otras dos docenas de niños), que luego te duermes y punto.

Y que yo le he comprado una vaca de peluche que se la tengo en la cuna, junto con su mantita verde Komche. La vaca Marisol. Para que no eche tanto de menos su Gondar natal.

Ya le tengo las medidas para encargar su vestidito Komche. El Día de las Culturas, lo vamos a petar.

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
Nov 12

QUERRÍA

Querría que ya estuvieras en casa. Te pienso. Te pienso como jamás he pensado en nadie. Con una intensidad que me sorprende, me emociona y me asusta.

Oigo caerse algo, y me gustaría que lo hubieras tirado tú. Cuando se abre una puerta, querría que entraras tú. Cuando alguien me llama, ojalá, ojalá que fueras tú.

Cada noche, un rosario de llamadas, cómo estás, sabes algo, novedades… He preparado tanto la comunidad en la que crecerás que ahora tengo todo perfecto, y sólo faltas tú. Veo en este increíble círculo lo único positivo de esta espera. Gente que se acuerda, que se ofrece, que me apoya, me manda chistes por whatsapp y me abraza cuando esperarte sentada es, simplemente, demasiado para mí sola. Algunos rezan por nosotras. Rezo yo también a mi Dios, tratando de recuperar esa fe simple y sin fisuras de los niños pequeños, que no se plantean jamás que ese Dios pueda no escucharles o, sencillamente, tener otros planes. Rezo sin escuchar, con la esperanza de que me sea dado aquello que he pedido. El vacío en mi cabeza no da para más.

La Santa Infancia, brother House y alguna otra gente llevan con paciencia mis olvidos, mis ausencias físicas y mentales. Vengo a trabajar con la ilusión de siempre, pero sin un gramo de talento o concentración (destalentada, se dice en mi tierra), Increíblemente, y sin yo darme cuenta, a mi alrededor se ha tejido una red invisible que me acuna y, en la medida de lo posible, me protege del mundo y de mí misma.

Veo tu cara en todos mis niños, sobre todo en H. Y me duele que os parezcáis tanto. Tiene tus ojos, tus largas pestañas. Recientemente se pegó el morrazo de su vida y se rompió el brazo. En estos días de hospitales, miro a su madre, y pienso que la tuya, en caso de seguir viva, se parecerá a ella. Una señora que llora mucho. Una señora bastante más joven que yo. Una señora asustada que se queda a veces parada en los pasillos del hospital, como los conejillos delante de los faros nocturnos de los coches. Y, en su angustia, la envidio. No lo sabe, no se lo creería jamás, pero es más afortunada que yo. Tiene a H. Yo, a ti, te pienso, te siento, te espero. Pero, por el momento, no te tengo.

 

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
Nov 11

MÁTAME

_ Kaktus, me quiero cambiar el nombre

_ No

_ Mi madre ya me ha dado permiso

_ Yo no te doy permiso

_ Pero si el nombre te va a encantar –arqueo la ceja, porque no es que me fascinen los nombres nuevos que se buscan, y lo saben

_ De ahora en adelante, me llamaré Ana Paula.

Toma ya.

Y así vengo a saber que lo que ahora está de moda en Etiopía son las telenovelas. Bueno, esto no es novedad, ya expliqué en su día  que la Ethiopian Television hace unas telenovelas de mearte de la risa. El cambio –creo- es que se han quedado sin pasta para producción local y han decidido comprar en el extranjero, concretamente en Televisa Land (México Lindo). Y así ahora el prime time etíope lo copan dos novelas mexicanas (convenientemente dobladas al inglés): Cuidado con el Ángel y La que no podía amar.

Mi Santa Infancia se ha dado al fenómeno fan con devoción ejemplar y, aunque yo paso siete pueblos de las novelas (y de la tele etíope en general), ellos, que se preocupan por mi integración en la sociedad que me rodea, me mantienen al tanto de las cuitas de Ana Paula y Marichui (les juro que El Ángel se llama Marichui).

De lo que he podido entender, Marichui está enamorada del doctor Juan Miguel (Hakim Huan Miguel para mi Santa Infancia), un chico decididamente demasiado joven para ser doctor de ningún tipo. Marichui fue violada de chiquitilla, y no puede amar. Ah, no, esa es Ana Paula. Marichui creo que era niña de la calle hasta que la descubrió el Hakim Huan Miguel. O algo así.

Con el tiempo, la Santa Infancia –que no es tonta- se ha coscado de mi falta de interés tanto en la vida de Ana Paula como de Marichui. Hasta que un día me pillaron con una canción de Jesse y Joy en el ordenador, que, aparentemente, es la canción de cierre de la telenovela de Marichui (ye Marichui sefen, para los avanzados en amárico). Y han decidido que mi sarcasmo encierra una pasión oculta. Y aquí me tienen, que todos los días me llegan con el relato completo del episodio.

Creo que al final Marichui sí se queda con el Hakim. Lo que no sé es cómo, porque el Hakim está casado con una que se murió pero que no está muerta.

El mundo cada vez es más chiquitico, mi reina

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
Nov 01

LO QUE PIENSAN LOS DEMÁS

En una de mis entradas precedentes sobre adopción (hay quien las lee), en los comentarios, mucha gente vino a decirme “no hay que preocuparse tanto por lo que piensen los demás”.

Yo también pensaba así y, generalmente, me identifico con el “lo que piensen los demás está de más” (mítico Mecano. Sí soy así de mayor). Hasta que vine a vivir aquí. Entendámonos, me tocan los dos pies muchas de las opiniones que otra gente pueda tener sobre mí, sobre todo si es gente que no me conoce y/o no me tiene ningún aprecio (de todo hay en el mundo). El problema es cuando este amplio colectivo de gente que no me conoce (en serio, son un montón) verbaliza sus opiniones una media de diez veces por minuto. Cuando vas por la calle, aproximadamente una de cada tres personas que te cruces te gritará “frenji”. Incluso sin necesidad de salir a la calle, tus compañeros de trabajo se referirán a ti como “la frenji”. Las madres de la Santa Infancia también preguntarán por “la frenji”. Cuando alguien quiera hablar de ti, te llamará por ese mismo denominativo. Siempre. Aparte de la constatación de tu raza con una palabra que –por mucho que haya quien afirme lo contrario- es peyorativa (yo la comparo con la denominación “gringo” para los estadounidenses en América Latina), es una palabra que te asocia con un montón de tópicos (superficial, colonizadora, explotadora, con aires de superioridad, rica, desesperada por limpiarte la conciencia a base de caridad…) basándose única y exclusivamente en tu color de piel.

Cuando vas con niño, de cualquier raza o edad, estas observaciones se multiplican. De una de cada tres personas, pasan a decirte algo la mitad de las personas con las que te cruzas, esperas en la cola de la fruta o vas en el minibus. No es exageración, es así. Una cosa es que te insulten una vez cada dos o tres meses (y, aún así, entiendo que puede ser terrible). Otra cosa es que te juzguen basándose únicamente en el color de tu piel (ergo, racistamente) una vez cada, aproximadamente, diez minutos. Todos los días. Siempre.

Al final, no puedes evitar que te importe y, sobre todo, te planteas si a tu hija le quieres hacer sufrir de esa manera. Porque, cuando cruce contigo la puerta de tu casa, exactamente la mitad de las personas que se encuentre le preguntará, sin ningún rubor de dónde viene, que relación tiene contigo, cuándo y por qué fue abandonada, y qué le parece el hecho de tener una mamá frenji. La mayoría de las veces se dirigirán a ella sin ni siquiera molestarse en preguntarme a mí primero, dando por descontado que ella sabe amárico y yo no (cuando, por el momento, es al revés).  Habrá quien preguntará con simpatía e intentando comprender una realidad diferente. Habrá quien lo hará buscando encasillarnos en el enésimo tópico racista. Pero todos, todos preguntarán. Y, cuando estés harta de responder y digas “nena, vamos a tomarnos un café, que no puedo más”, la camarera, antes de tomaros nota, os hará todas y cada una de las mencionadas preguntas.

Y sí, al final importa. Y es un problema. Para mí, honestamente, el problema más enorme de vivir en Etiopía.

 

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook

tariKe.org

  • Acerca de Tarike
    • tariKe.org
  • Etiquetas
    Addis Abeba Adopción Amárico Brother House Cine Comercio Cuarentena Drogas Emigración España Esperanza Etiopia Filas Gueter Idioma Iglesia Internet Juguetes Kaktus Koshe Manuales Música Nena niños confinamiento Nombres Etíopes Opinión Películas Racismo Radio Regalos Religión Salud Santa Infancia Sociedad Suministros Tarike Teatro Tiempo libre Tráfico Viaje Voluntariado Zway
  • Categorías
  • Sitios que visitaría sin dudar
    • Chino Chano

      Cerrar vista previa

      Loading...
    • Con Viento Fresco

      Cerrar vista previa

      Loading...
    • Diario del Altoaragón
    • Elia
    • Hombre Revenido

      Cerrar vista previa

      Loading...
    • Mama Etiopia

      Cerrar vista previa

      Loading...
    • Road to Ethiopia

      Cerrar vista previa

      Loading...
  • Entradas anteriores
    • abril 2020 (2)
    • noviembre 2017 (1)
    • octubre 2017 (2)
    • septiembre 2017 (4)
    • abril 2017 (4)
    • marzo 2017 (5)
    • diciembre 2016 (10)
    • mayo 2016 (1)
    • abril 2016 (4)
    • agosto 2015 (3)
    • julio 2015 (2)
    • febrero 2015 (2)
    • enero 2015 (2)
    • diciembre 2014 (1)
    • noviembre 2014 (3)
    • octubre 2014 (3)
    • julio 2014 (2)
    • junio 2014 (3)
    • mayo 2014 (2)
    • abril 2014 (2)
    • marzo 2014 (8)
    • diciembre 2013 (3)
    • noviembre 2013 (4)
    • octubre 2013 (6)
    • junio 2013 (3)
    • mayo 2013 (4)
    • abril 2013 (5)
    • marzo 2013 (7)
    • diciembre 2012 (2)
    • noviembre 2012 (3)
    • octubre 2012 (2)
    • julio 2012 (4)
    • junio 2012 (3)
    • mayo 2012 (1)
    • abril 2012 (2)
    • febrero 2012 (4)
    • diciembre 2011 (2)
    • noviembre 2011 (4)
    • octubre 2011 (4)
    • julio 2011 (1)
    • junio 2011 (2)
    • mayo 2011 (5)
    • abril 2011 (2)
    • marzo 2011 (2)
    • febrero 2011 (2)
    • enero 2011 (3)
    • diciembre 2010 (1)
    • noviembre 2010 (4)
    • octubre 2010 (5)
    • agosto 2010 (1)
    • julio 2010 (2)
    • junio 2010 (4)
    • mayo 2010 (5)
    • abril 2010 (2)
    • marzo 2010 (4)
    • febrero 2010 (6)
    • enero 2010 (7)
    • diciembre 2009 (5)
    • noviembre 2009 (5)
    • octubre 2009 (7)
    • septiembre 2009 (2)
    • agosto 2009 (2)
    • julio 2009 (4)
    • junio 2009 (9)
    • mayo 2009 (10)
    • abril 2009 (10)
    • marzo 2009 (3)
  • noviembre 2013
    L M X J V S D
     123
    45678910
    11121314151617
    18192021222324
    252627282930  
    « Oct   Dic »
  • Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
    Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies
  • Archives
    • abril 2020
    • noviembre 2017
    • octubre 2017
    • septiembre 2017
    • abril 2017
    • marzo 2017
    • diciembre 2016
    • mayo 2016
    • abril 2016
    • agosto 2015
    • julio 2015
    • febrero 2015
    • enero 2015
    • diciembre 2014
    • noviembre 2014
    • octubre 2014
    • julio 2014
    • junio 2014
    • mayo 2014
    • abril 2014
    • marzo 2014
    • diciembre 2013
    • noviembre 2013
    • octubre 2013
    • junio 2013
    • mayo 2013
    • abril 2013
    • marzo 2013
    • diciembre 2012
    • noviembre 2012
    • octubre 2012
    • julio 2012
    • junio 2012
    • mayo 2012
    • abril 2012
    • febrero 2012
    • diciembre 2011
    • noviembre 2011
    • octubre 2011
    • julio 2011
    • junio 2011
    • mayo 2011
    • abril 2011
    • marzo 2011
    • febrero 2011
    • enero 2011
    • diciembre 2010
    • noviembre 2010
    • octubre 2010
    • agosto 2010
    • julio 2010
    • junio 2010
    • mayo 2010
    • abril 2010
    • marzo 2010
    • febrero 2010
    • enero 2010
    • diciembre 2009
    • noviembre 2009
    • octubre 2009
    • septiembre 2009
    • agosto 2009
    • julio 2009
    • junio 2009
    • mayo 2009
    • abril 2009
    • marzo 2009
  • Search






  • Home
  • tariKe.org

Este blog este bajo una licencia de Creative Commons. Creative Commons License Designed by FTL Wordpress Themes brought to you by Smashing Magazine

Back to Top