Si ustedes han leído mis anteriores posts sobre nuestra vida en el gueter, estarán ya al tanto de la fascinante adaptación de mi Nena, que se está criando cien por cien etíope (a veces, más de lo que me gustaría). Si los leen atentamente (¡anímense!), verán que siempre me he referido a momentos en que la Nena y yo estábamos en casa o a momentos en que la Nena está con otras personas etíopes. Esa es la parte bonita. La otra cara, lo que se nos hace más duro, es salir a la calle juntas. Sí, algo tan normal como salir a comprar o a dar una vuelta, se nos transforma en una gimkana a prueba de nervios.
En el barrio donde vivíamos en Addis, la gente a mí me tenía más vista que el tebeo. La llegada y la presencia de la Nena despertaba comentarios amables en un noventa por ciento de los casos. Los primeros días incluso hubo gente que vino a felicitarnos a casa con regalos. De esas primeras semanas nos ha quedado un guardarropa tradicional de lo más variado.
Aquí no. Aquí yo soy nueva, la Nena también, y las dos juntas más. Al principio fue muy duro. No exagero si digo que se paralizaba la vida en torno a nosotras. La gente salía de las tiendas para vernos pasar. Los carros se paraban, la gente se daba codazos, se levantaba de los puestecillos de té para vernos… Y lo peor es que, de cada cinco personas que nos cruzábamos, tres sentían la imperiosa necesidad de hacernos saber su opinión. A veces a gritos, a veces observaciones hechas con el convencimiento de que no podíamos entenderlos. Sólo que sí los entendemos. Y la mitad eran agradables, y hasta graciosos, pero la otra mitad no. La otra mitad eran crueles.
Salir de casa y que en los primeros diez metros otras tantas personas te recuerden que “esa no es tu hija” es, honestamente, un calvario. “No la has parido” (¿en serio?, no jodas), “ella es abeshá y tú no” (nueva constatación de la evidencia), “de dónde la has sacado”, “a quién se la has robado”, “quién te la ha vendido”… suma y sigue. Los primeros quince, los aguantas. Hasta finges no escucharlos. Como un pedo que se tira alguien que tienes al lado o como las palabras que la gente ha buscado en Google para llegar a ti. Algo externo, de alguna manera vinculado a ti, pero que en lo que no puedes influir. Luego, te hartas y contestas:
_ ¿De quién es la niña?– preguntado por un macarra de unos veinte años
_ Tuya. ¿Con quién estabas hace dos años?
_ ¿De quién es la niña? ¿A quién se la has robado? – otro joven aspirante a detective
_ No la he robado. Me la vendió tu madre. Cabrón.
Ha habido otros graciosos, como un señor que nos dijo “¡anda! Mirinda y Coca”. La Nena se lanzó a gritar Mirinda, porque le gusta mucho, a pesar de que le aclaré que mucho me temía que ella era la Coca. Y luego los consabidos “God bless you”, como si no te hubiera bendecido ya, o como si debiera bendecirte por adoptar, o como si adoptaras por compasión. Hubo un señor que, entre lágrimas, hasta me dio las gracias en nombre de toda Etiopía. Los hay que se erigen en embajadores de las cosas más extrañas.
Lejos de desanimarme, no he reducido un ápice la frecuencia de nuestros paseos, y me refugio en los números. Si esta ciudad tiene veinte mil habitantes, calculando que aproximadamente la mitad nos tengan que decir algo, y a un ritmo de unas cincuenta opiniones por paseo (paseo estándar de una hora; más opiniones en menos tiempo si es día de mercado), me costará unos doscientos paseos, pero, al final, toda la ciudad habrá expresado sus opiniones sobre el complicado tema de la adopción. Para entonces, espero, nos dejarán en paz. Calculo un año (paseamos mucho). Como de momento la Nena no parece entender mucho, pues me fío de eso. Es verdad que sale de casa mucho más contenta con la niñera que conmigo. Y es verdad que la niñera sale mucho más contenta de casa si no voy yo con ellas. Además, no sé por qué, he observado que la frecuencia de estos comentarios se incrementa alarmantemente si vamos las dos solas, o si la llevo con el pañuelo a la espalda (al principio, inocente de mí, pensé que parecer más “africanas” nos ahorraría comentarios). Si vamos con más gente, especialmente si vamos con el otro voluntario (chico) que vive con nosotras, me da la impresión de que nos gritan menos.
Luego, en el día a día, con la gente con la que tengo oportunidad de hablar, sí que creo que estamos contribuyendo a normalizar la adopción transracial. Digo transracial porque realmente ahora vivimos en la región de Oromia, y la palabra que se usa legalmente para designar la adopción es oromo (gudeficha). Aparentemente, en esta región se producen muchos abandonos y es común que las familias críen hijos que no son biológicamente suyos, por lo que en teoría el concepto de adopción no debería ser extraño. Es verdad que, al igual que en amárico estricto (miasadeg), este gudeficha oromo no quiere decir realmente adopción, sino “hacer crecer”. En amárico no se habla de padres adoptivos sino de gente “que te crece” (que te cría). Como la mayoría de padres adoptivos estarán pensando, falta un matiz. No estamos haciendo crecer a nadie. Son nuestros hijos. De verdad. No son hijos de vecinos muertos que acogemos de buena voluntad, pero con los que no nos vinculamos legalmente, que a lo mejor hasta los queremos, pero siempre menos que a nuestros hijos biológicos. Esa es la parte que en Etiopía cuesta hacer entender. No lo hacemos por pena, ni por ayudar, ni para ser mejores personas. Lo hacemos porque queremos ser padres. Y son nuestros hijos. Sin fecha de caducidad. Sin posibilidad de escape.
Tengo que decir que con los días, la cosa mejora. A veces realmente sólo nos saludan. El mercado que se celebra dos días por semana, con alta afluencia de gente que viene de pueblos cercanos, todavía se nos resiste, pero en los paseos normales ya hay gente que nos reconoce. En el mercado, normalmente, las señoras que venden sólo hacen bromas, o te preguntan si es tuya, y tú les dices “sí, es mía”, y entonces me contestan “pues es bien guapa”. Y de esto hablaré otro día: la Nena, al parecer, es verdaderamente guapa.
Ya sabes: «al toro hay que cogerlo por los cuernos» los comentarios se acabarán cuando todos hayan dado su opinión (algunos varias veces)
PD. Bienvenida al mundo de la adopción cruel, hace ocho años de mi primera adopción y todavía hay quien me hace preguntas de lo más curiosas, la última: ¿y son hermanos? Si ¿pero hermanos, hermanos? y me dio por reír. Una ha nacido en china el otro en Etiopía.
Como dice Juanjo ¡bienvenida al mundo de la adopción! cuando te pregunten si el padre es negro…diles que fue una noche loca y no recuerdas!
P A C I E N C I A !
Al final, con el tiempo, todo se normalizará y ya no llamaréis la atención, seréis unas más de ellos. Me ha hecho gracia lo que de intentar parecer más africanas empeorara la cosa. Una de las veces que estuve en Namibia, una compañera del curro me hizo un peinado de esos de trencitas. Me hacía much ilusión, porque me parecía que me estaba acercando más a la cultura africana. Cuál sería mi sorpresa que la mayoría de gente lo aceptó con estupefacción, pero sobre todo los namibios blancos. Los namibios negros flipaban también muchísimo y los únicos que me decían cosas eran positivas, aunque por las miradas que recibí vi que a muchos no les gustaba demasiado.
Me ha encantado lo que has escrito. Probablemente porque me ha tocado mucho, creo que aquí tampoco muchos entienden que si has podido tener hijos biológicos hayas tenido la necesidad de ser madre de nuevo adoptando. A mi me han preguntado por la calle, sin conocerme, y delante de mis tres hijas (dos biológicas y al tercera etíope)…SI QUIERO A LAS TRES POR IGUAL, NO VERDAD?? Ya no recuerdo lo que contesté, por suerte tengo mucha facilidad para olvidar algunas cosas. Animo y disfruta de los paseos, pronto pasareis desapercibidas!!
Terminarás impermeabilizándote. Te lo prometo. Y me llevo tu entrada a mi blog, con tu permiso… Un abrazo!
Que llamemos la atención me parece obvio. Que la gente tenga una opinión sobre nosotros también. Que tengan que decirmela, esté o no mi hija 🙂 es algo que sigue poniendome enferma porque la siguiente fase, es que tras esa pregunta, la nena te mire y lo que era un paseo se convierta en una reflexión sobre la identidad…Lleva su trabajo interno y externo el ir creciendo y serenandose con ella y sus particularidades. Pero se avanza, siempre se avanza…Como con los paseos, paso a paso…. Suerte y ánimo!
Animo!. Recuerdo nuestros primeros dias en Addis… los comentarios en AMarico que no entendia, pero que linguisticamente eran imposibles de NO ENTENDER, los pisotones, los empujones, los escupitajos (al suelo, eso si), las miradas, los gritos… PERO recuedo muy especialmente a un sacerdote copto con el que nos cruzamos en Gabon St…. se inclino ante el niño (mucho porque el ninho era bajito, 2 anhos) y le beso las mejillas y lo bendijo con su mano, aun el dandonos las manos a su madre y a mi, inclinados lateralmente, porque somos altos… a continuacion el sacerdote nos saludo y mirandonos un momento con benevolencia, se alejo… yo mire el cielo azul del sur de Addis, hacia donde estas ahora en Zwey y llore sin lagrimas … Ese gesto bueno compenso 21 dias de incomprension urbana… 😉 Animo!
Si te sirve de consuleo a mi tambien me paso lo mismo cuando llegue a Vigo con mi Nena. Escuche todo tipo de comentarios sobre la adopción y lo curioso de todo es que me los hacían a mi no a mi marido. Pero al cabo de unos meses ya estaban acostumbrados …
Hola Kaktus!! Eres genial! En junio tuvimos el placer de conocerte en Addis, estuvimos muy ag.usto contigo y tu Nena y pudimos constatar que es muy guapa, cariñosa y muy viva y que formáis un gran equipo.
Cuando nosotros llegamos a España con nuestro bombón etíope también tuvimos que oir todo tipo de comentarios y seguimos oyéndolos y tomándolos con humor.
Nos acordamos muchas veces de ti y sabemos que saldrás airosa de todo tipo de situaciones porque eres una persona con muchos recursos.
Un abrazo.
Pilar y Fernando
Enhorabuena por el blog!!! Lo hemos leído entero. Gracias por tu generosidad al compartir tus sensaciones, vivencias, percepciones sobre Etiopía y la Vida allí. Nos parece una visión muy real, como la Vida misma, con sus luces y sus muchas sombras. Gracias por demostrar que existe gente valiente,comprometida y determinada!!