La imagen de tu espalda, M. me persigue desde hace unos días. Las marcas, los moratones, las cicatrices. Me cuentas que perdiste los zapatos, y mamá se enfadó mucho. Tú no lo sabes, M., pero tu madre a un perro no se atrevería a pegarle así. Porque un perro se revuelve. Tú prometes no volver a perder los zapatos. Yo prometo sacarte de esa casa en cuanto tenga oportunidad y en cuanto sepa adónde llevarte.
Vamos a varias oficinas, y a ti te encanta el viaje porque casi nunca vas en coche. Ahora te estás acostumbrando, porque raro es el día que no voy a gritarle a tu madre, y, ya que estoy, te llevo a casa en coche. Tú no lo sabes, pero lo he intentando todo. Cuando cierro la puerta de korkoró* para que no me oigas, intento explicarle a tu madre que no eres tonto, porque no lo eres. Le digo que aprendes bien y rápido, que te gusta el cole y que la quieres mucho. Y que si te vuelve a poner la mano encima le mando los policías. Tú no lo sabes, pero entonces ella me contesta “pues que se lo lleven los policías”.
Volvemos de las oficinas, y sigo con muchas preguntas y pocas respuestas. Decido documentar todo con fotos, mientras me muerdo la rabia, porque no entiendo por qué ella no puede quererte sólo la mitad de lo que yo te quiero, porque no puedo entender que no se dé cuenta de lo listo, lo gracioso y lo guapo que eres. Porque tienes cinco años y la espalda llena de líneas moradas. Te pegó con un bastón.
_ ¿Por qué me haces fotos?- me preguntas
_ Para que no se me olvide
Y entonces haces lo que siempre haces cuando no entiendes algo, lo que siempre haces cuando te saco una foto: sonreír.
Tú no lo sabes, M., pero tu madre no te quiere.
*Korkoró, además de una palabra la mar de sonora, en amárico designa la lámina de metal con la que se construyen las casas donde nuestra Santa Infancia malvive.
Tú no lo sabes, M., pero tu madre no te quiere.
Joer que duro tiene que ser vivir eso. Ánimo, aunque el momento no sea bueno.
¡Dios, qué horror, qué horror!
Qué terrible.
Pobre niño. Y pobre mujer, en realidad.
Un abrazo, y mucho ánimo.
Hay madres que no merecen serlo y otras que sin serlo son eso y mucho más.
…recuerdale tu lo mucho que le quieres, para que sepa lo mucho que vale, aunque su madre no lo quiera.
Sin palabras…..gracias por quererlo.
Y aunque no lo sepais… desde aquí…. muchas veces en silencio… os queremos
Demasiado fuerte, demasiado triste, demasiado todo…
Un abrazo.
Quería hacerte un comentario, algo de aliento… pero no tengo palabras, sólo dolor.
Änimo,ánimo,ánimo y besos para M. Manuel-Jon
Änimo,ánimo,ánimo y besos para M. Manuel-Jon
Joder qué duro, joder… sin palabras. Sácale de ahí si puedes.
Duro, muy duro. Tu madre no te quiere despues de esta frase no se puede decir nada más.
Un abrazo muy fuerte para ti y para M. Desde aquí se os quiere.
Historias que te remueven por dentro. Gracias Tarike por mostrarnos la realidad.
pues a mí también me va a perseguir tu entrada de hoy por un largo tiempo, por favor cuentamos si M. encuentra una salida de esta situación o si hay algo que desde aquí podamos hacer…..por favor.
Montse tiene razón, preciosa. Dile muchas veces lo mucho que vale, lo listo que te parece, lo que lo quieres… algún día se dará cuenta de que su madre realmente no le quiere, pero recordar que tú sí lo hiciste y lo consideraste importante y creíste que alguien tan estupendo como él merecía algo mejor es lo único que puede darle alas a su capacidad de resiliencia, de superación, en el futuro. Quizá, es muy probable, que no sea suficiente… pero seguro también que sin eso será imposible.
P.D. ¿y no sería posible cambiar el objeto de tu diálogo con su madre? Porque seguramente le importe más que a Ella se la lleve la policía que que se lo lleven a El… digo. Que se lo quiten será una solución a algo que le estorba, pero que la encarcelen sería una amenaza más efectiva, seguramente.
Un beso, linda, gracias por compartir tu dolor por la espalda de M.
Hola linda!
Caben pocas palabras. Sólo eso que ya se dijo; M. puede sentir tu amor y sentirse querido y más,que merece serlo. Puede verse en tus ojos, que lo ven listo, gracioso y guapo.
Creo que además hiciste muy bien en recordarle a la madre lo que M. le quiere, además de lo listo que es. No sé muy bien explicar el porqué, pero creo que si en algún momento es capaz de pararse a pensar, eso ayudará.
Suerte y mucho ánimo para el día a día.
«Un tutor de resiliencia es alguien, una persona, un lugar, un acontecimiento, una obra de arte que provoca un renacer del desarrollo psicológico tras el trauma. Casi siempre se trata de un adulto que encuentra al niño y que asume para él el significado de un modelo de identidad, el viraje de su existencia. No se trata necesariamente de un profesional. Un encuentro significativo puede ser suficiente» (Boris Cyrulnik)
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Creo que la pobreza extrema te despoja de tu dignidad como persona y te convierte en algo muy parecido a una bestia, movida únicamente por instinto. Creo que el hambre y la humillación son dos cosas que nunca se olvidan y que condicionan parte de tu comportamiento durante el resto de tu vida.
Besos y mucha fuerza!!
[…] Te has llevado a M. , y no me has dicho […]