INFALIBILIDAD
A mi rubio favorito hay un juego que le encanta: cuando estoy sentada, viene por detrás y me tapa los ojos (las gafas) con las manos:
_ ¿Quién es?
_ Esto… no estoy muy segura… pero creo que es… A.!!!
_ ¡Síííí! ¡Siempre sabes que soy yo!
A mi rubio favorito le fascina pensar que lo quiero tanto que hasta con los ojos tapados sé quién es. Que conozco su voz, su olor, el rumor de sus pisadas. Que podría encontrarlo incluso si mi su el mundo se quedara a oscuras.
Y tal vez tenga razón.
O tal vez sea el hecho de que sus manos están mal formadas y le faltan algunos dedos. Tal vez (a lo mejor), esas manos dignas de los Simpson sólo pueden ser suyas.
El caso es que acierto siempre.
Fortuna la nuestra, que nos reconocemos.