En Navidades repartimos muñecas a todas las niñas pequeñas y medianas. A una le tocó una preciosa muñeca negra, supongo llegada como donación de algún hogar progresista europeo. Todas las niñas estaban híper contentas con sus muñecas.
_ ¡Qué mona! -le digo a la niña- ¡una muñeca abeshá!
_ No es abeshá -categoriza- es Gambela
Pobre muñeca. Qué dura vida le espera en Addis.
Abeshá, como muchos sabéis, es el nombre con el que se designan los etíopes a sí mismos como raza. Gambela es la frontera con Sudán, y allí la gente tiene rasgos más africanos, además de ser más oscura de piel.
Que bello!
Yo siempre quise alguna muñeca andorrana, pero no las hacían. Jo.
En la parte en qué yo estuve había los etíopes (= guapos/as), los que eran red (no demasiado guapos, pero nada malo del todo) y finalmente los negros (aunque tengan unos rasgos preciosos se les considera feos). Muchas veces, yo no sabía ver la diferencia, supongo como que nosotros también distinguimos más tonos de blanco que ellos… Siempre es curioso
Como la vida misma